Durante los años 60 lo que más afectó en España fue la política. La dictadura de Francisco Franco tomó otro carácter a partir de 1957 con la entrada de los tecnócratas de Opus Dei que pusieron en práctica un Plan de Estabilización.
Los Tecnócratas orientaron su
labor hacia la eficacia técnica y económica olvidando los
planteamientos ideológicos y políticos del Franquismo anterior.
Pese a los profundos cambios económicos y sociales de
la década de los sesenta, el inmovilismo, la ausencia de
cambios importantes, caracterizaron a la política del período.
Los cambios de la década de 1960, y sobre todo de la década de 1970, propiciaron un aumento significativo de la oposición
al régimen. La sociedad española empezaba a perder el miedo a la
dictadura y las manifestaciones en las calles aumentaron, así como los
actos contra el régimen y la conflictividad laboral.
Tras la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, se inició la transición. Una etapa de cambios tanto sociales como políticos que supuso un giro en la vida de los españoles.
Nombre: Joaquín
Edad: 64
Fecha de nacimiento: 27/1/1948
Lugar de nacimiento: Castellón de la Plana
–¿Qué reformas de las que llevó Franco a cabo le afectaron?
Todas.
– ¿Qué imagen tenía usted de Franco?
Era buen hombre aunque un poco estricto e intolerante.
– ¿Cuales eran las noticias que salían en la televisión sobre la dictadura? Muchas: discursos de Franco, noticias de las obras públicas y poco más.
– Durante la época de Franco ¿sabía usted algo de lo que era la democracia? Sí, aunque no había mucha información si se estaba interesado en el tema se podía conseguir.
– ¿Estudió Vd. en el colegio o en el Instituto la asignatura “Formación del
Espíritu Nacional”? ¿Recuerda algo de esta asignatura?
Sí, se daba doctrina del régimen y era muy fácil de aprobar pues lo que más contaba era lla actitud.
– ¿Hasta que edad estudió usted?
Hasta los 21 años.
– ¿Había mucho paro durante la dictadura?
No, menos que ahora.
– ¿Se imponía mucho la religión del catolicismo?
Sí, pero ya venía dada de una larga tradición, era algo normal. Ibamos a misa todos los domingos y a la iglesia todos los días.
– ¿Fue testigo de alguna huelga o manifestación?
No. – ¿Qué hubiera cambiado usted del franquismo?
Nombre: Antonio Guillén Gargallo Edad: 61 años Fecha de nacimiento: 04/05/1951 Lugar de nacimiento: Monteagudo del Castillo, Teruel
– ¿A que partido político se decanta? Al de derechas.
– ¿Qué imagen tenía usted de Franco? Era un hombre que trabajaba por su país.
– ¿Cuales eran las noticias que salían en la televisión sobre la dictadura?
Llego un momento en el que Franco se anunciaba en todos lados.
Aparecía en la escuela, en los periódicos, en la radio, en los sellos,
en los billetes y monedas... pero justamente en la televisión, que era
una novedad que no mucha gente podía permitirse, no solía dar mucha
información sobre la dictadura.
– Durante la época de Franco ¿sabía usted algo de lo que era la democracia? No había mucha información.
– ¿Estudió Vd en el colegio o en el Instituto la asignatura “Formación del Espíritu Nacional”? ¿Recuerda algo de esta asignatura? No. No llegue a estudiarla puesto que no fui al instituto.
– ¿Hasta que edad estudió usted? Hasta los 14 años.
– ¿Había mucho paro durante la dictadura?
No. Comparando con los años que corren, lo bueno que tenia el
franquismo era que si querías trabajar y ganarte la vida podías hacerlo,
al contrario que ahora. No resultaba difícil encontrar algo
con lo que poder vivir.
– ¿Se imponía mucho la religión del catolicismo?
La gente era muy religiosa. Asistíamos a misa todos los
domingos sin falta, era una tradición que en España siempre hemos
tenido. Por otro lado, el cura era como de la familia, siempre ayudaba
en todo lo que podía. Además utilizábamos la iglesia para hacer
reuniones y charlas.
– ¿Fue testigo de alguna huelga o manifestación?
Recuerdo que una vez cuando yo tendría 12 años, iba hacia
casa y me encontré en medio de una manifestación, con la mala suerte que
acabé recibiendo un par de palos.
– ¿Qué hubiera cambiado usted del franquismo? Los asesinatos y fusilamientos por orden de Franco. La gente vivía atemorizada.
En 1973, Franco estaba ya gravemente enfermo y por primera vez nombró un jefe de gobierno, el almirante Carrero Blanco,
que fue asesinado en diciembre de ese mismo año en un atentado de ETA.
Su desaparición fue un duro golpe para el franquismo, ya que se le
consideraba el personaje clave para asegurar la continuidad del régimen.
A partir de ese momento, se hizo más evidente
la consolidación de dos grupos dentro del franquismo. Los inmovilistas
defendían el mantenimiento intacto del franquismo aun después de la
muerte del dictador, mientras los aperturistas apostaban por un progreso
de reformas progresivas, aunque muy limitadas en los primeros momentos.
En
enero de 1974 se constituyó un nuevo gobierno, presidido por Carlos
Arias Navarro, que prometió un apertura política, pero las reformas
anunciadas fueron insignificantes. Muchos aperturistas mostraron su
descontento ante
la timidez de los cambios, mientras en la calle la necesidad de
mantener intactos los principios y las instituciones del franquismo.
Los antifranquistas se coordinaron en plataformas unitarias (Junta Democrática y Plataforma Democrática) y manifestaron
que no aceptarían ningún cambio que no comportase la concesión de una
amnistía, el reconocimiento de las libertades y la convocatoria de
elecciones libres. En la calle, las movilizaciones populares en demanda
de ka democratización del régimen aumentaron significativamente.
Ante
esta situación de fondo, y en medio de un grave conflicto en los
territorios españoles del Sahara, Franco murió el 20 de noviembre de
1975.
LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA
El 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I juró
su cargo como Rey de España y en su mensaje dejó entrever su voluntad
de promover el cambio político. El nuevo gobierno, presidido también por
Carlos Arias Navarro, se mostró incapaz de llevar a cabo cualquier
reforma democrática y el Rey formó su dimisión.
Franco nombra sucesor a Juan Carlos.
En
esta situación, la oposición democrática impulsó movilizaciones
reivindicativas. En la calle, la población expresó mediante huelgas y
manifestaciones su deseo de un cambio político que comportara la
amnistía para los presos políticos y la recuperación de las libertades democráticas.
En
julio de 1976 fue nombrado presidente Adolfo Suárez, un político
aperturista que inició el camino legal para el desmantelamiento del
franquismo.
El gobierno buscó el apoyo de la oposición, que aceptó una reforma pactada,
es decir, la consecución de la democracia mediante un compromiso entre
todas las fuerzas políticas partidarias de instaurar un régimen
democrático en España.
En 1976 se aprobó la Ley de Reforma Política, que organizaba la transformación de las Cortes
franquistas en un Congreso de Diputados y un Senado elegidos por
sufragio universal. Al año siguiente se legalizaron los partidos
políticos y los sindicatos, se suprimió el Movimiento Nacional y se
concedieron dos amnistías políticas.
Las primeras elecciones libres desde la Guerra Civil se convocaron para el 15 de junio de 1977. El camino a la democracia estaba abierto.
A partir de la década de 1950, las precarias condiciones de vida de la posguerra impulsaron las primeras movilizaciones
contra el régimen, entre los que destacaron la huelga de tranvías de
Barcelona (1951) y la de los mineros asturianos de 1958.
Los cambios de la década de 1960, y sobre todo de la década de 1970, propiciaron un aumento significativo de la oposición
al régimen. La sociedad española empezaba a perder el miedo a la
dictadura y las manifestaciones en las calles aumentaron, así como los
actos contra el régimen y la conflictividad laboral.
El crecimiento del número de asalariados y al organización
de los sindicatos clandestinos dio lugar a un aumento de los conflictos
laborales. En el año 1962 se produjeron las primeras huelgas
importantes en Asturias, Cataluña, Andalucía y el País Vasco, que
aumentaron notablemente en la década de 1970.
La Universidad
fue también uno de los principales focos de oposición antifranquista.
En 1965 tuvieron lugar las primeras movilizaciones estudiantiles
importantes en Madrid y en 1966 se creó en Barcelona el Sindicato
Democrático de Estudiantes (SDEUB), que se oponía al franquista Sindicato Español Universitario (SEU).
La
Iglesia Católica vio surgir en su seno grupos disidentes del
franquismo. La actividad de grupos cristianos ligados al mundo obrero
(Juventud Obrera Cristiana) y la nueva actitud de parte del clero evidenciaron que la Iglesia española ya no era monolítica como sustento ideológico del régimen.