lunes, 16 de abril de 2012

3.2 Cambio en los años 60: gobiernos (tecnócratas, Fraga...)


La crisis de 1956 y el ascenso de los tecnócratas al poder.



A mediados de los años cincuenta, por un lado, la política autárquica había llevado a una difícil situación económica y por otra la política de los católicos presentaba síntomas de agotamiento, al mismo tiempo que aparecían diversos grupos dentro de la Iglesia católica. El detonante político de los grandes cambios que se avecinaban fueron los sucesos de febrero de 1956 en donde hubo enfrentamientos callejeros entre estudiantes liberales y falangistas.
Desde 1956, la Iglesia no se mostró capaz de inspirar una única política. Los tecnócratas del
Opus Dei, que accedieron de la mano de Carrero Blanco, eran sólo una opción dentro de la Iglesia, facción que iba a tener el protagonismo político y económico hasta el final del franquismo. Las tres figuras claves fueron López Rodó, Alberto Ullastres y Navarro Rubio.


Una de las cuestiones más importantes del periodo fue la Ley de sucesión de Franco que afrontaba las dos grandes cuestiones del periodo: la preparación del futuro y las distintas posiciones políticas existentes. Entre los distintos pretendientes que optaban al cargo, Franco optó por el candidato de Carrero Blanco y los tecnócratas.
La política tecnócrata se caracterizó por:
  • Carencia de Constitución. Al rechazar el liberalismo se negó el sufragio universal. Los cargos políticos se ocupaban por designación.
  • Inexistencia de partidos. Los partidos políticos estaban prohibidos.
  • Concentración del poder. Franco podía legislar por decreto. Hasta 1942 no existieron Cortes pero éstas aparecieron como un órgano que sólo se limitaba a respaldar las indicaciones del Jefe del Estado
  • Restricciones a las libertades de asociación y de reunión. Un grupo de más de 20 personas sólo podía reunirse si tenía un permiso del gobernador civil.
  • Absoluto control de la información. La prensa hubo de someterse a censura previa, hasta la ley de Prensa de 1966. Este control permitió una propaganda favorable a la dictadura.
  • Asignación del mantenimiento del orden a las fuerzas armadas, con lo que el ejército asumió las funciones de policía.
  • Sindicatos verticales. El régimen adaptó el falangismo a sus propios intereses. La concepción falangista de unos sindicatos en los que estuvieran encuadrados patronos y obreros, para impedir la lucha de clases y resolver por arbitraje los conflictos sociales, se completó con la subordinación de los sindicatos al gobierno. El delegado nacional de sindicatos tuvo cargo de ministro. Las huelgas estaban prohibidas.

La estrategia política de los aperturistas.
Aunque el dominio político corresponde a los tecnócratas surgen otros grupos
que se enfrentan a ellos. Dentro de estos grupos destacan los inmovilistas (sector que pretendía volver a un régimen totalitario) y los aperturistas, provenientes también del Movimiento y liderados por Fraga y Solís.
Ambos llegan a ser ministros e intentan a través de sus leyes y disposiciones hacerse con un lugar político en el régimen para preparar la sucesión e imponer sus ideas.
Ambas disposiciones aunque tuvieron ciertos resultados, estos fueron muy limitados debido a la oposición de los tecnócratas que eran más partidarios de la burocratización y no de los cambios políticos.


En 1969 con el escándalo Matesa, un tema de corrupción financiera e industrial en que estaban implicados personas pertenecientes a los tecnócratas y al Opus estalló el enfrentamiento entre los aperturistas y los tecnócratas. Fraga y Solís maniobraron para que el asunto se conociera a través de la prensa, desprestigiando a sus adversarios políticos. Franco formó un nuevo gobierno, pero en este caso monocolor, con personas adictas a Carrero Blanco. La división entre las familias franquistas era ya un hecho consumado.


La política exterior.
Desde 1957 la política exterior franquista se fijó como objetivos el acercamiento a la Europa comunitaria, el mantenimiento de una estrecha relación los EEUU y la recuperación de
Gibraltar. España alcanzó durante este tiempo la mayor aceptación internacional dentro del
régimen.
Desde que en 1957 se creó la CEE los tecnócratas, imponiéndose a los militares y los falangistas que no estaban de acuerdo, eran partidarios de la entrada de España en ella pero la entrada no se consiguió hasta 1986.
Las relaciones con EEUU estuvieron marcadas por los pactos bilaterales y las sucesivas prorrogas.
La presión para la recuperación del peñón se convirtió en una constante y símbolo de la política exterior española. A la presión diplomática se le unieron otras medidas como el
aislamiento del Peñón, pero sin resultado positivo.


Carrero Blanco y el fracaso del aperturismo (1969-1973).
Después del escándalo político-financiero originado por el caso Matesa, Franco separó del gobierno a los ministros responsables y a Fraga. El vicepresidente Carrero, en octubre de 1969, se hizo cargo del nuevo gobierno, que trazó un amplio programa político tendente a:
Relanzar la economía, objetivo que se consigue.
Apertura al exterior: el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, López Bravo, firmó un acuerdo comercial con la CEE y estableció relaciones diplomáticas con China y con la República Democrática de Alemania.
Reforma de la Educación: la Ley Villar Palasí de 1970 pretendía la equiparación con
Europa, extendiendo la enseñanza básica gratuita.
Reformas internas que no se llevan a cabo, como el Anteproyecto de Asociaciones "de acción política" o el intento de mejorar sus relaciones con la Iglesia.
Los intentos de mejorar sus relaciones con la Iglesia y resolver el problema obrero con la nueva Ley Sindical, fracasaron. El malestar laboral entre 1970 y 1974 fue creciendo y ETA se mostró especialmente activa. La respuesta del gobierno fue endurecer en 1971 la Ley del Orden Público de 1959.




Bibliografía: 
http://bachiller.sabuco.com/historia/Franquismo2007.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Dictadura_de_Francisco_Franco

Hecho por: Ana Mª Almela

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